Páginas

Si Un Poeta Se Enamora De Ti, Serás Inmortal.

21 de julio de 2014

Visión del Nuevo Genesis.


¡Era una época magnifica! Tenían lugar grandes cambios en todo el planeta, la tierra se convertía en un paraíso de maravillosa belleza y armonía. Las montañas majestuosas se erguían sobre prados cubiertos de margaritas; sus escarpadas cimas subían para penetrar en las nubes; las arenas doradas de inmensos desiertos fluían hacia mares de azules aguas. Las aves cantaban; animales y niños jugaban. Hombres y mujeres vivían, amaban y trabajaban juntos. El sol brillaba y las lluvias cubrían el suelo con dulces bendiciones.

Era una época de transformación, pues a la tierra llego el amanecer de la gran iluminación. Dios vio que todas las naciones de la tierra de cualquier color, ricas o pobres, de oriente y occidente, norte y sur y todos los credos enviaban emisarios a la sagrada isla de la conciencia que relucía en las aguas de un mar majestuoso –a Eynhallow- donde estudiaban, pensaban y cuidaban juntos del planeta y su gente: si, a toda creación.

Y Dios dijo: “Esto es bueno”, ¡Y a la mañana y la noche fueron el primer día de la nueva era del planeta tierra!

Un nuevo mundo no “sucede” porque si como una manifestación externa. Empieza dentro del corazón y la mente de cada individuo. Dios dio un vistazo a los cambios que ocurrían y vio que los soldados de la paz separaban a los combatientes de unas cuantas naciones en disputa. Las diferencias quedaban resueltas mediante la razón divina y las negociaciones servían en vez de armas. Los dirigentes de las naciones se veían, hablaban entre si y se enlazaban corazones, mentes, almas y fuerzas para beneficio de la humanidad.

Y Dios dijo: “Esto es bueno”  Y fue el segundo día de la tierra, el planeta de paz y buena voluntad.

Los soñadores, las almas que son arquitectas de la grandeza del mundo. Estaban atareados. Su visión futurista estaba sembrada en la rica conciencia de sus emprendedoras almas. Los soñadores no veían espejismos limitativos de supuestos hechos por el contrario, su visión iba más allá de los velos y las sombras de la duda y la incertidumbre, y penetraban las paredes del tiempo. Dios vio a los soñadores que trabajaban, y observo que los humanos amaban ahora la totalidad de la creación, a las estrellas y el sol, al día y la noche, a los peces y las aves y a todos los seres de todos los elementos. Por doquier abundaba una gran alegría. ¡De verdad era una época magnifica!

Y Dios dijo: “Esto es bueno” y fue el tercer día de la Tierra, ¡el planeta feliz!

Dios vio que todos los humanos acababan con el hambre, la enfermedad, la ignorancia y el sufrimiento de todo el planeta; que daban a cada persona una vida más rica y plena. La codicia desapareció; la riqueza y el poder de unos cuantos ya no existía, a la vez que la compresión produjo la conciencia de la abundancia disponible para todos. Una conciencia de correcto pensar, sentir y actuar, entre individuos garantizo la manifestación del plan divino para el planeta y sus habitantes.

Y Dios dijo: “¡Ah esto es bueno!” Y fue el cuarto día de la tierra, el planeta de la voluntad divina y justicia.

Una llama que ardía suavemente dentro del ser de cada preciosa alma que evolucionaba, creció en tamaño y luminosidad. La gente empezó a vivir en armonía con su padre/madre hogar y en pacifica productividad con los demás. Dios vio que la gente administraba con sabiduría sus recursos, reemplazaba el odio con amor, la codicia con agradecimiento, la arrogancia con humildad, la división con cooperación, y la desconfianza con fraternidad.

Y Dios dijo: “¡Esto es muy bueno!” Y fue el quinto día de la Tierra, el planeta dorado.

Dios vio entonces la magnifica luz de la restauración. Los emisarios de la luz viajaron a todas las tierras, tocaron cada nación, bendijeron a todas las personas al difundir la palabra de la perfección de la nueva edad de oro. Los perfumes de la luz de la verdad flotaban por doquiera que sus pies plantaban.

Y Dios dijo: “¡Ah esto es glorioso!” Y así llego el sexto día de la Tierra, ¡el planeta de la iluminación divina!

Luego el toque del clarín se escucho como una portentosa trompeta para todos los grandes seres del poderoso cosmos, quienes fueron a ver el milagro que ocurría. Estos grandes seres contemplaron a la humanidad experimentando la conciencia divina en sus vidas y en su hogar planetario. Los grandes seres vieron también la mayor gloria de la llama de la ascensión, que ardía deslumbrante en dentro y alrededor de toda corriente de vida. La raza humana servía a toda forma de vida con alegría y adoptaba estas verdades como sus leyes supremas.

Amo al gran universo con todo mí ser, mi corazón, alma, mente y fortaleza. Amo también a la ley como la gran ley me ama  a su vez. Amo este planeta hermoso y milagroso, y trato a este gran ser con infinito cuidado, y amo a mis hermanos en todos los elementos de la vida con el gran amor universal que libremente fluye hacia mi.

¡El regocijo fue enorme! En el cielo resonó el canto de los Ángeles y Hombres. ¡Y fue el séptimo día de la Tierra, el planeta de la hermandad de Dios!

Y Dios dijo: “¡Cuan magnificas son, oh chispas del espíritu! ¡Bienvenidas a casa!”




No hay comentarios:

Publicar un comentario